martes, 3 de febrero de 2015

02/02/2015. Restaurante ConTenedor


Hoy no he tenido más remedio que claudicar en toda  regla, romper una tradición que se mantenía desde la primera entrada de este blog y que es el lema y cabecera del mismo “de tapas por Sevilla”. Siempre que hacemos una entrada de un bar de Sevilla planificamos para que este sea uno de tapas (gastrobares, que ahora está como muy de moda) y no un restaurante de mesa, mantel y carta; y esto ha sido una constante que he respetado escrupulosamente; la idea era y es probar bastantes cosas en pequeñas cantidades antes que zamparme dos platazos y para casa a dormir la siesta. Bueno, pues hoy, hemos roto la baraja.




Cuando empecé a escribir y los amigos empezaron a hacerme comentarios sobre sitios que tenía que visitar sí o sí, recurrentemente, amén de otros muchos, aparecía el mismo nombre: Restaurante ConTenedor (San Luis, 50) sitio que conocía de pasar muchas veces por su puerta y que siempre, invariablemente, veía lleno hasta la bandera. Alegando a ese primigenio espíritu taperil me he ido resistiendo cada vez que alguien me lo mencionaba de nuevo, pero ya la semana pasada cuando leí en el blog Ropa Vieja de mis admirados  Pineda&Pastor la extensa y sentida loa dedicatoria que le hicieron y vislumbre en sus fotos esos pedazos de platos me rendí, tiré por tierra mi dignidad y entregue la llave de mis principios blogueros. Que le vamos a hacer, más se perdió en Cuba y aquí estamos tan panchos con la que está cayendo.
A la entrada del restaurante con Aurelia

Gracias que se me encendió la vela y se me ocurrió llamar y reservar mesa con tiempo. Como dije antes siempre está lleno y no deja de entrar gente preguntando por sitio para sentarse a yantar, así que si alguien decide visitarlo ya sabe que llame antes o que no pierda el tiempo en acercarse.

Subido en esa sillita te ponen el cartel 


El local es una pequeña galería en miniatura, con sus paredes rellenitas de cuadros, un piano por medio  y artilugios múltiples por todos lados, algunos realmente curiosos, como “Aurelia” la máquina expendedora de tarjetas que nos da la bienvenida a la casa; fabricada a mano por Ignacio, antiguo jefe de cocina, reconvertido en inventor. Según mires a uno u otro lado parece desde una galería de arte  al expositor de un anticuario de cachivaches estrafalarios, el mobiliario es dispar y atrevido, puesto como al tuntún pero cuidado al detalle, sutil y con constantes guiños. Por ejemplo la carta es en sí una pequeña obra de arte, escrita a mano sobre una pizarra con esmerada caligrafía y a cuatro colores (Henar es la chica que generalmente se encarga de la minuciosa y laboriosa tarea) y te sorprende cuando estás sentado a la mesa y de pronto te la ponen al lado aupada sobre una sillita pequeña para que la puedas leer con toda comodidad. Un detalle de los muchos que recibimos.



La carta es cambiante como el tiempo de otoño y aunque algunos platos prevalecen en el tiempo, otros aparecen y desaparecen como los ojos del Guadiana y es tanto así que hasta los clásicos cambian de gabardina a capricho del chef, un día te encuentras el tataki de ciervo acompañado de fresones y al día siguiente lo acompaña un gazpacho de cilantro, ayer el pulpo se presentaba en sociedad acompañado de verduritas y curry rojo y hoy baila en el salón de la mano de una ensalada india de cacahuetes. Una delicia.


Bueno, pues empezamos pidiendo una botellita de vino para acompañar las viandas. La carta de vino es amplia, con una decente oferta de productos andaluces, Eva se decantó por uno de la sierra malagueña Botani con uva garnacha.

De primer plato nos pedimos Tataki de ciervo con ensalada de fresas, hinojo, naranjas sanguinas y crema de coliflor. La carne sabrosísima se deshacía en la boca; mi mujer, que no es nada carnívora, lo degustó con verdadera fruición y deleite. Yo, ni os cuento, orgasmo tras orgasmo cada vez que paladeaba esa delicia. El plato muy muy generoso, con al menos catorce o quince buenos trozos de ciervo. Sencillamente emocionante. La presentación un bonito cuadro.

Me enamoré nada más verlo

Seguimos con Pulpo tibio con ensalada india de cacahuetes y gazpacho de cilantro. El pulpo de primera y cocido en su punto, emergiendo como una montañita en el centro de un lago verdoso. 


Por último tomamos unos de los platos más comentados del chef Carlos Mitchel y del que casi todo el mundo habla Arroz con setas y pato. Una pasada, sencillamente una pasada. El sabor del arroz impecable y con una textura sutilmente crujiente, como si fuese un conato de socarret y el pato le sienta….. ¡madre mía, como le sienta el pato!


Con los tres platos hemos comido los dos más que de sobra, así que pasamos de postre.

Acabamos la comida saboreando una copa de Dominio del Bendito, de Toro.

Por cierto las tres chicas que nos atendieron a cada cual más agradable, pura sonrisa.

Si puedes te recomiendo encarecidamente que no dejes de hacerle una visita, te alegrará el día, que digo el día, ¡la semana!.

6 comentarios:

  1. Me gusta mucho este sitio. Un par de veces he invitado a almorzar allí a una clienta con el nivel intelectual de la ameba torpe de la clase. La comida, muy rica. El slow del servicio, más bien displacentero, pero por la ameba, claro. Un McDolnals también me habría parecido lento.
    Por cierto, ¿para cuándo una buena narración de los hechos verídicos que en el Jailu se acontecieron y de cómo se desenredó? Ni los papeles del club Pickwick tuvieron a tantos en vilo. Un abrazo.

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    1. Como se entere la clienta del comentario que haces.............
      Realmente está muy pero que muy bien. Empezaré a pensar en pergueñar algo sobre Jailu. Besazos

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  2. Ricardo curiosamente en esta entrada no comentas el coste de la cuenta, ¿Es para no asustar?

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    1. Llevas razón Migue, al no ser tapas y sí platos formales no estaba muy convencido de poner los precios, pero ya que lo solicitas te lo digo:
      Tataki de ciervo 15 €; Pulpo 15€, arroz con pato 13 €, botella de botani 19 € y copa de Dominio del Bendito 3,5 € .
      Sinceramente todo valía su precio, ni un pero que ponerle.

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  3. ¡Me ha encantado el sitio! Me lo apunto. ¿Qué tal de precio? Por cierto, ¡Botani! ¡Me encantan las Bodegas Ordoñez! ¿Habéis probado su blanco? Muy original.
    Con respcto a Málaga, sii eres de sushi, te recomendaría que pases por el centro de Arte Contemporáneo y comas en Óleo, también tiene una carta mediterránea. Si el día lo permite, tienen otro restaurante en Pedregalejo, Misuto, que es del mismo corte. No os vayáis sin pasar por la Taberna Uvedoble y pedir su Morrillo de Pez Espada en manteca colorá. De quitar el hipo es la Ensaladilla de El Refectorium La Catedral y otro que nos gusta es Souvi Tapería. Para algo informal e internacional KGB es interesante. Y por supuesto, aunque sea guirilandia, hay que pasar por la Taberna El Pimpi. ¡Divertiros!

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    1. ¡Que maravilla contar con asesores de tal categoría!, así da gusto viajar e ir a los sitios a tiro hecho. Lo del morrillo de pez espada con manteca ya me tiene espectante al igual que a mi mujer la ensaladilla.
      No solemos tomar blancos, da igual que comamos una cigalitas que un entrecot, tinto siempre, bueno mi mujer es aficionada a la manzanila, pero yo soy el tonto del tinto. De todas formas si lo localizo lo cataré.
      Con respecto al restaurante ConTenedor lo tiene todo, ambiente, trato, calidad, imnovación....No os lo perdais.

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