El día está feo a rabiar. En un mínimo intervalo de 24
horas hemos pasado de sudar la gota
gorda a tenernos que poner la pelliza. Digo yo que esto será el tan cacareado cambio
climático; cambio climático, primavera loca u lo que sea, el caso es que hoy se
iba a sentar en una terraza Rita la Cantaora, que no sé quién es pero que, en
estos casos, se la nombra mucho.
Que puñetero el día, que airecito más jodido que se te
cuela por todos lados y encima con ropa primaveral, que la ropa de otoño-invierno
mi señora ya la ha guardado en el altillo correspondiente. Ya lo decían los
abueletes: hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo.
Esta mañana me he tirado un par de horas buscando un
bar al que visitar. He estado bicheando en las páginas de la guía Tripadvisor de restaurantes de Sevilla, en las páginas
web de los establecimientos, consultando las opiniones de blog especializados y
al final, después de muchas visitas,
encontré uno que me pareció óptimo. Llamo para reservar y me dicen que
hoy no abren porque se les ha puesto enferma una camarera y sin ella no pueden
prestar la atención que el cliente merece. ¡Un rotundo10!. La semana que viene
sin falta les hago una visita. En mi segunda opción me comentan que no saben si
podrán abrir porque tienen un tremendo problema eléctrico que están intentando
resolver, que probablemente a las dos estará abierto pero que no se comprometen
a hacer reservas.
¿Qué leches está pasando hoy? ¿Qué mal fario me
compaña?
A la tercera va la vencida: Al-Aljibe, en La Alameda
de Hércules. ¿Cuántos bares hay en La Alameda? me pregunto. La tira y uno más, contesta
mi mujer
Al-Aljibe está situado en una casa antigua
reconvertida, el sitio, al menos donde nosotros estuvimos, es acogedor y coqueto, amplio y cómodo, tanto
que ya le he echado el ojo para una de las comida de Navidad. Si de alguna forma
tuviese que definir su comida utilizaría la palabra ecléctica con predominio de
toques peruanos ¡Chúpate esa Teresa!
El chef es sudamericano y se nota en la carta, en la
exótica combinación de los platos: quinoa, arepita, anticucho, huancaína de rocoto, ají, etc se mezclan con cola de toro, carrillada, chipirones, merluza y
solomillo y de pronto, rizando el rizo, aparecen notas francesas como un Micuit de pato con
gelée de brandy y pinceladas Nikkey como tartares, sashimis y ceviches. Un
totum revolutum magnifico.
Al grano: La
cerveza (1,50 €), Coca-Cola (1,80 €) y el vino de la casa Rioja (1,50 €). Dos peros: Uno
aceptable, la cerveza no es Cruzcampo pero justo es reconocer que estaba muy
bien tirada. El segundo, a mi juicio, imperdonable ya que no tienen carta de vino, sólo dos vinos de la
casa: un Rioja y un Ribera. El local se merece bastante más.
Empezamos con las degustaciones, primera andanada:
Sashimi de salmón
marinado, vinagreta de ají amarillo, tamarindo y rúcula (4,10 €).
Tartar de atún con
crema de ajo blanco (4,30 €)
Sardinas marinadas
sobre tosta con pesto rojo, aguacate y tapenade (3,50€)
El primero correcto, no me ilusionó. Prescindible, con
un sabor muy parecido al salmón marinado que se compra en cualquier
establecimiento y demasiada rúcula.
El tartar sí que merece la pena, el ajo blanco le
sienta al pelo. Mi hija, que es una experta de mucho cuidado, le dio un sobresaliente.
El tartar de atún flotando sobre el ajoblanco
Pero lo mejor de los tres las sardinas. La textura es
igual que las famosas del Tradevo, pero la concepción de la tapa es
absolutamente distinta. En esta se mezclan la fuerza del pesto rojo con la
suavidad del aguacate, la textura de la sardina con el sabor de las aceitunas
en el tapenade. Lo juntas todo en la boca y a disfrutar. Además el precio es
muy pero que muy aceptable.
Cambio de tercio: Plato
de Ají de pollo con patatas braseadas (6,40 €) y Chipirones a la plancha con alioli de cilantro y calabaza al estilo
aljibe (3,90 €).
El plato de pollo es un autentica ración, cuatro
rodajas de pollo sobre una amplia base de patatas fritas crujientes y supongo
que acabadas de hacer al horno, el único pero es que estaban un poco sosas,
pero esto es bueno para la tensión. Los germinados que la acompañan son de rabanitos.
La bandeja de pollo al ají
Muy bueno el chipirón y el puré de calabaza al estilo
aljibe, al alioli de cilantro no le saque mucho sabor y eso que yo me pirro por
el cilantro. De nuevo me recuerda a una
tapa del Tradevo (Arroz“encostrado” con chipirones plancha y alioli verde) con la diferencia del arroz
por el puré de calabaza.
Para rematar la faena dos carnes y un pescado:
Rollito de carrillada con alioli de pimentón ahumado (3,40 €)
Arepita de maíz con cola de toro (3,80 €)
Hamburguesa de langostinos con huancaína de rocoto y huevo de codorniz a
65º c. (5 €)
El rollito de carrillada cojonudo. La carne en su punto liada en una
pasta brik fina muy crujiente.
Esta vez sí, esta vez el alioli de pimentón ahumado estaba fetén.
La arepita (una tosta de maíz) con cola de toro no llevaba cola de toro.
La carne era de nuevo carrillada, la hebra fina y larga de la carne de carrillada
no tiene nada que ver con la carne gelatinosa de la cola de toro. Me lo comí y
estaba muy bueno, pero me quejé al camarero que por cierto puso una cara como
de no entender nada o no querer entender nada, que no es lo mismo pero que para
el caso es igual.
La hamburguesa de nuevo esplendida y muy generosa, de un grosor respetable.
La presentación una monería y el conjunto de sabores muy logrados.
En conjunto todo bastante bien, buenas presentaciones, buen servicio, presentando
los platos en su tiempo justo, una relación calidad-precio bastante aceptable,
algunas tapas muy muy recomendables (las sardinas, la hamburguesita y el
rollito de carrillada). Repito, todo muy bien haciendo la salvedad de la carta de vino y de la no
cola de toro.
La tapa es un cuadro
En total fueron 3 Coca-colas, 6 cervezas, 2 copas de vino, 7 tapas y
una media ración: 54,80 €; a 18 € mal contados por cabeza.
PUNTUACIÓN DEL ESTABLECIMIENTO: 7.30
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